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12 siglos atrás, en el Cuerno de África, empezó la historia de una bebida exquisita, que además parece tener capacidades “mágicas”, como disminuir la fatiga, por ejemplo. Por supuesto, hablamos del café.
Historiadores sitúan las primeras plantas de café en las regiones montañosas de Etiopía, a inicios del siglo IX. Estas plantaciones fueron extendiéndose al Sur de la Península Arábiga, donde países como Yemen, Sudán y Arabia lograron forjar un importante intercambio comercial.
Ya en el siglo XVII su consumo y cultivo se extiende a Europa, gracias a italianos y holandeses, principalmente, al igual que surgen las primeras cafeterías en Norteamérica, en ciudades como Boston y Nueva York.
Si bien América Latina es una de las regiones más importantes en cuanto a producción de café, a nuestros países llegó mucho después que a Europa o el norte de América. En Colombia, por ejemplo, los primeros cafetos fueron cultivados en la década de 1730, mientras que en Ecuador las plantaciones documentadas datan de 1830, en la provincia de Manabí.
Lo cierto es que hoy se trata de uno de los productos más comercializados a nivel global, que contiene alrededor de 1.000 sustancias químicas, siendo la cafeína y los fenoles los responsable directos de la mayor parte de sus efectos y a quienes les debemos casi todos sus beneficios, gracias a su capacidad antioxidante.
A su vez, es una bebida ideal para «saborear» la pérdida de peso, debido a que no contiene grasas y una taza promedio, de unos 100 mililitros, tiene menos de 5 calorías.
Si esta sustancia nos ha acompañado durante siglos y a priori es una fuente de grandes beneficios, ¿por qué nos dicen que debemos regular su consumo? ¿A qué se debe que afecte a algunas personas?
Lo cierto es que existen aspectos genéticos, así como condiciones de salud, que determinan la conveniencia o no de esta popular y tradicional bebida para nuestra salud y organismo.
Si eres de [email protected] que se preguntan «¿cuántas tazas de café puedo tomar al día?», te invitamos a seguir leyendo para conocer todas estas particularidades y factores a considerar.
¿Por qué algunos somos más sensibles que otros?
Olivia – nombre ficticio – toma una taza de café todos los días al despertar, otro par durante la tarde y una en la noche, unas tres horas antes de dormir. ¡Y se siente genial!
Por otro lado, nos encontramos a Mariana – nombre ficticio -, que un día aceptó una taza de café con temor a parecer maleducada, durante una reunión de negocios, y empezó a sentir mareo, dolor de cabeza e incluso náuseas.
¿A qué se debe estas realidades dispares? La respuesta nos lleva a la expresión genética.
Gracias a la medicina moderna es posible diferenciar distintos tipos de códigos genéticos que condicionan múltiples procesos a nivel orgánico, uno de ellos nos habla de que existen individuos que no logran metabolizar correctamente la cafeína debido a una mutación del gen CYP1A21, responsable de descomponer esta sustancia.
El estudio del gel CYP1A2 nos dice que hay varios subgrupos de individuos de acuerdo a la rapidez con la que asimilan y procesan la cafeína como sustancia química. Estos son:
- Genotipo AA: metabolización rápida de la cafeína;
- Genotipo AC: metabolización similar al promedio;
- Genotipo CC: metabolización muy lenta.
¿Cuántas tazas de café puedo tomar al día de acuerdo a mi expresión genética?
Para responder esta pregunta, exploremos cada uno de los grupos mencionados anteriormente.
Genotipo AA
Las personas de este grupo pueden tomar café diariamente de manera segura.
Las naciones con mayores niveles de ingesta de esta bebida tienen un consumo per cápita de casi dos tazas diarias, como Países Bajos y Suecia, por ejemplo2. Esto no supondría ningún riesgo para una persona con el genotipo AA.
Por otro lado, si está dentro de los parámetros de bebedor asiduo – alrededor de 4 tazas diarias – este individuo tampoco estaría poniendo en riesgo su salud, salvo que haya una contraindicación que vaya más allá de este condicionante genético.
Genotipo AC
Este es el nivel medio, por lo cual se recomienda un consumo dentro de los parámetros moderados a nivel global, de 1 a 3 tazas diarias.
En este grupo están el grueso de las personas, que no tienen una contraindicación a esta sustancia, pero tampoco una condición excepcional que las ayude a procesar la cafeína de manera acelerada.
Genotipo CC
Los portadores de esta mutación que toman una o más tazas de café al día tienen un mayor riesgo a desarrollar hipertensión arterial3.
Además, pueden sentir molestos síntomas como mareo luego de tomar esta sustancia, como evidencia de una reacción negativa del organismo.
En este caso, se recomienda dejar a un lado el café como bebida cotidiana y solo consumirla de forma esporádica, siempre y cuando no genere efectos negativos inmediatos.
Para conocer en qué grupo te encuentras, basta con hacerte un test genético, que hoy puede realizarse de manera práctica con tan solo una prueba de saliva.
Esto mostrará un mapa general de tu expresión genética que determine la velocidad con la cual metabolizas la cafeína, a la vez que ayude a identificar otras particularidades que respondan, de manera precisa, a tu pregunta de «¿cuántas tazas de café puedo tomar al día?«.
¿Cuántas tazas de café puedo tomar al día?: otras consideraciones
Además del bajo o prácticamente nulo aporte calórico, el café es una fuente de antioxidantes y ayuda a enfrentar la fatiga que genera el día a día.
Sumado a esto, estudios vinculan el consumo de esta bebida con el aumento del rendimiento deportivo, debido a que reduce la percepción de esfuerzo y mejora la respiración4.
En lo que respecta a enfermedades y patologías, el café también sale bien parado como medida preventiva en muchos casos.
Por ejemplo, una investigación de American Journal of Medicine5, asegura que la ingesta cotidiana de café puede reducir hasta en un 16% el riesgo de enfermedad renal crónica (ERC), ya que su aporte de antioxidantes y otras sustancias químicas mejoran el funcionamiento de los riñones.
Su consumo moderado también se valora como aliado de la salud del corazón y, en consecuencia, de la prevención de problemas cardiovasculares.
Más allá de estos beneficios generalizados, debemos tener en cuenta que también existen contraindicaciones para el consumo de café, como lo pueden ser algunas patologías o características particulares del individuo. Veamos algunos ejemplos:
- Edad: se recomienda evitar su consumo cotidiano en niños, ya que se han observado consecuencias negativas como nerviosismo, irritabilidad e insomnio6;
- Trastornos de ansiedad generalizada o insomnio, ya que podría empeorar la condición;
- Embarazo: tomar 1 o 2 tazas de café de manera cotidiana puede no ser saludable en esta etapa de la vida7;
- Tratamientos farmacológicos: por ejemplo, es desaconsejable en personas que toman antidepresivos, ya que puede generar dolores de cabeza reiterados e incluso hipertensión.
¡Bien! Al haber llegado hasta aquí esperamos que tengas mayor claridad sobre la cantidad de café que puedes tomar cada día.
Como ves, esta sustancia es una fuente de beneficios para el ser humano, pero en algunos casos la expresión genética les dice a algunas personas que su organismo no está preparado para una ingesta diaria y constante.
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Referencias consultadas:
1 https://www.redalyc.org/pdf/2891/289122084002.pdf
2 https://es.statista.com/grafico/23076/consumo-medio-estimado-de-cafe-per-capita-en-2020/
3 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3777290/
4https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3777290/
5 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29906428/
6https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3777290/
7https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691517301709